13Hermanos, no queremos que ignoréis la
suerte de los que mueren, para que no os aflijáis como esos otros que no tienen
esperanza. 14¿No creemos que Jesús murió y resucitó? Pues también a los que han
muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él.
15Mirad, esto que voy a
deciros se apoya en una palabra del Señor: nosotros los que quedemos vivos para
cuando venga el Señor, no llevaremos ventaja a los que hayan muerto;16pues
cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta celeste,
el Señor en persona bajará del cielo; primero resucitarán los cristianos
difuntos, 17luego nosotros, los que quedemos vivos, junto con ellos seremos
arrebatados en nubes, para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor. 18Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
5 1Acerca del tiempo y las
circunstancias, no necesitáis, hermanos, que se os escriba, 2pues sabéis
perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón de noche. 3Cuando
estén diciendo "hay paz y seguridad", entonces les caerá encima de
improviso el exterminio, como los dolores a una mujer encima de improviso el
exterminio, como los dolores a una mujer encinta, y no podrán escapar. 4A
vosotros, en cambio que no vivís en tinieblas, ese día no tiene por qué
sorprenderos como un ladrón, 5pues todos vivís en la luz y en pleno día. No
pertenecemos a la noche ni a las tinieblas, 6por eso no durmamos como los
demás, estemos despiertos y despejados. 7Los que duermen, duermen de noche; los
borrachos se emborrachan; 8en cambio, nosotros, que pertenecemos al día,
estemos despejados y armados: la fe y el amor mutuo sea nuetra coraza; la esperanza
de la salvación, nuestro casco (Is 59,17). 9Porque Dios no nos ha destinado al
castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor, Jesús Mesías;
10él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. 11Por
eso animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.
EXPLICACIÓN.
4,13-5,11. Los
tesalonicenses están afligidos por algunos que han muerto, pero la tristeza
cristiana por la muerte no ha de tener el sentido trágico del que no tiene
esperanza (13). La creencia popular pagana concebía la vida después de la
muerte como un estado de tiniebla y tristeza. Todo cristiano, en cambio, tiene
la certeza de la vida futura en virtud de la resurrección de Jesús (14).
Aparte de esa idea central, era creencia extendida en las comunidades
paulinas que el Señor volvería muy pronto, durante la vida de la primera
generación de fieles (1 Cor 7,29; 15,51s; 2 Cor 6,4) y ya en la carta se ha
mencionado tres veces la venida (1,10; 2,19; 3,13). La muerte de algunos
miembros de la comunidad antes de la venida del Señor desorienta y hace dudar
de su suerte. Se explicaba a veces la muerte como consecuencia de un pecado
(cf. 1 Cor 11,30), pero no era éste el caso en Tesalónica.
La
respuesta de Pablo dibuja un cuadro un tanto barroco: Piensa que la venida se
realizará antes de su muerte (cf. 1 Cor 15,51s) (15). Para desarrollar su idea
usa imágenes judías tradicionales, la voz del arcángel y el son de la trompeta
(Jl 2,1; Zac 9,14; cf. 1 Cor 15,52), que había de congregar al pueblo de Dios
disperso (Is 27,13). No habrá desventaja para los difuntos, pues resucitarán y
se reunirán con los vivos para recibir al Señor. Concepción farisea de la
resurrección (cf. 1 Cor 15,23) (16-18).
Preocupación de los
cristianos sobre la fecha de la venida. Sólo se sabe que llegará por sorpresa,
sin preparación ni anuncio (5,1-2). Concepción vindicativa: la venida será un
juicio condenatorio para los que no aceptan el evangelio y salvación para los
fieles (3-4). Hay que estar siempre alerta y en guardia: fe, amor, esperanza
(cf. Ef 6,13-17; Is 59,17) (5-8). Destino de los cristianos (9-10). Esta
esperanza debe estimularlos a ir adelante en la unión y la práctica del amor
mutuo (animaos, ayudaos) (11).
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