miércoles, 11 de abril de 2012

CONSTRUIR LA COMUNIDAD. 5,12-28.

                       12Os rogamos, hermanos, que apreciéis a esos de vosotros que trabajan duro, haciéndose cargo de vosotros por el Señor y llamándoos al orden. 13Mostradles toda estima y amor por el trabajo que hacen. Entre vosotros tened paz.
                      14 Por favor, hermanos, llamad la atención a los ociosos, animad a los apocados, sostened a los débiles, sed pacientes con todos. 15Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal, esmeraos siempre en haceros el bien unos a otros y a todos.
                      16Estad siempre alegres, 17orad constantemente, 18dad gracias en toda circunstancia, porque esto quiere Dios de vosotros como cristianos. 19No apaguéis el Espíritu, 20no tengáis en poco los mensajes inspirados; 21 pero examinadlo todo, 22 retened lo que haya de bueno y manteneos lejos de toda clase de mal.
                      22Que el Dios de la paz os consagre él mismo íntegramente y que vuestra entera persona alma y  cuerpo, se conserve sin tacha para la venida de nuestro Señor, Jesús Mesías. 24El que os llama es fiel y él lo hará. 25Hermanos, pedid también por nosotros. 26Saludad a todos los hermanos con el beso ritual. 27Os conjuro por el Señor a que leáis esta carta a todos los hermanos.
                     28El favor de nuestro Señor, Jesús Mesías, os acompañe.

EXPLICACIÓN.

12-28.         Recomendación de los líderes de la comunidad, que no se encuentra en las otras cartas (12-13). Corregir los defectos del grupo. Los ociosos, probablemente los que han dejado de trabajar en vista de la venida del Señor (4,11). Delicadeza en la ayuda mutua (14). El cristiano ha de ser incapaz de hacer daño (15).

                   Ambiente de la comunidad (cf. Flp  4,4-7; 1 Cor 14,2s). Alegría; importancia de la oración, centrada en la acción de gracias; como cristianos, cf. Rom 9,1 (16-18). Actitud ante las manifestaciones del Espíritu en las reuniones; no apaguéis, etc., quizá por exceso de organización; mensajes inspirados o profecías, cf. 1 Cor 14,1; discernimiento, cf. 1 Cor 14,29; abiertos a todo, pero con criterio (19-22).

                   Bendición. Vuestra  entera persona (gr. pneuma, cf. Gál 6,18; Flp 4,23; Flm 25), alma y cuerpo. Última mención de la venida del Señor (23-24).

                   Beso ritual, lit. "beso santo", cf. Rom 16,16; 1 Cor 16,20. La recomendación saludad a todos los hermanos y la insistencia en que se lea la carta a todos los hermanos, cuando ya iba dirigida a todos los que forman la iglesia/comunidad de Tesalónica (1,1), podría indicar una disensión entre grupos de la comunidad o entre los que se han hecho líderes de ella y el resto (25-27). Saludo final (28).

LA VENIDA DEL SEÑOR. 4,13-5,11.

    13Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los que mueren, para que no os aflijáis como esos otros que no tienen esperanza. 14¿No creemos que Jesús murió y resucitó? Pues también a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él.
                  15Mirad, esto que voy a deciros se apoya en una palabra del Señor: nosotros los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no llevaremos ventaja a los que hayan muerto;16pues cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta celeste, el Señor en persona bajará del cielo; primero resucitarán los cristianos difuntos, 17luego nosotros, los que quedemos vivos, junto con ellos seremos arrebatados en nubes, para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
5               1Acerca del tiempo y las circunstancias, no necesitáis, hermanos, que se os escriba, 2pues sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón de noche. 3Cuando estén diciendo "hay paz y seguridad", entonces les caerá encima de improviso el exterminio, como los dolores a una mujer encima de improviso el exterminio, como los dolores a una mujer encinta, y no podrán escapar. 4A vosotros, en cambio que no vivís en tinieblas, ese día no tiene por qué sorprenderos como un ladrón, 5pues todos vivís en la luz y en pleno día. No pertenecemos a la noche ni a las tinieblas, 6por eso no durmamos como los demás, estemos despiertos y despejados. 7Los que duermen, duermen de noche; los borrachos se emborrachan; 8en cambio, nosotros, que pertenecemos al día, estemos despejados y armados: la fe y el amor mutuo sea nuetra coraza; la esperanza de la salvación, nuestro casco (Is 59,17). 9Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor, Jesús Mesías; 10él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. 11Por eso animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.

EXPLICACIÓN.

4,13-5,11.      Los tesalonicenses están afligidos por algunos que han muerto, pero la tristeza cristiana por la muerte no ha de tener el sentido trágico del que no tiene esperanza (13). La creencia popular pagana concebía la vida después de la muerte como un estado de tiniebla y tristeza. Todo cristiano, en cambio, tiene la certeza de la vida futura en virtud de la resurrección de Jesús (14).

                     Aparte de esa idea central, era creencia extendida en las comunidades paulinas que el Señor volvería muy pronto, durante la vida de la primera generación de fieles (1 Cor 7,29; 15,51s; 2 Cor 6,4) y ya en la carta se ha mencionado tres veces la venida (1,10; 2,19; 3,13). La muerte de algunos miembros de la comunidad antes de la venida del Señor desorienta y hace dudar de su suerte. Se explicaba a veces la muerte como consecuencia de un pecado (cf. 1 Cor 11,30), pero no era éste el caso en Tesalónica.

                     La respuesta de Pablo dibuja un cuadro un tanto barroco: Piensa que la venida se realizará antes de su muerte (cf. 1 Cor 15,51s) (15). Para desarrollar su idea usa imágenes judías tradicionales, la voz del arcángel y el son de la trompeta (Jl 2,1; Zac 9,14; cf. 1 Cor 15,52), que había de congregar al pueblo de Dios disperso (Is 27,13). No habrá desventaja para los difuntos, pues resucitarán y se reunirán con los vivos para recibir al Señor. Concepción farisea de la resurrección (cf. 1 Cor 15,23) (16-18).

                    Preocupación de los cristianos sobre la fecha de la venida. Sólo se sabe que llegará por sorpresa, sin preparación ni anuncio (5,1-2). Concepción vindicativa: la venida será un juicio condenatorio para los que no aceptan el evangelio y salvación para los fieles (3-4). Hay que estar siempre alerta y en guardia: fe, amor, esperanza (cf. Ef 6,13-17; Is 59,17) (5-8). Destino de los cristianos (9-10). Esta esperanza debe estimularlos a ir adelante en la unión y la práctica del amor mutuo (animaos, ayudaos) (11).              

II. INSTRUCCIONES Y ACLARACIONES.

                   1En fin, hermanos, esto os pido con insistencia por el Señor Jesús: ya que aprendisteis de nosotros cómo debéis portaros para agradar a Dios y ya que os portáis así, que sigáis progresando.
                         2Conocéis bien las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús: 3Dios quiere que viváis consagrados a él, que os apartéis del libertinaje, 4que sepa cada cual controlar su propio cuerpo santa y respetuosamente, 5sin dejarse arrastrar por la pasión, como los paganos que no conocen a Dios, 6para no ofender ni engañar a su hermano en este asunto, porque el Señor venga todo eso como ya os dijimos y aseguramos. 7Dios no nos llamó a la inmoralidad, sino a una vida consagrada; 8por consiguiente, quien rechaza estas instrucciones, no rechaza a un hombre, sino a Dios, el que os da su Espíritu Santo.
                        9Acerca del cariño de hermanos no necesitáis que os escriba, Dios mismo os enseña a amaros unos a otros, 10y ya lo practicáis con todos los hermanos de Macedonia entera; pero os exhortamos, hermanos, a seguir progresando, 11a poner todo ahínco en conservar la calma, en ocuparos de vuestros asuntos y trabajar con vuestras manos según nuestras instrucciones; 12así vuestro proceder será correcto ante los de fuera y no tendréis necesidad de nadie.

EXPLICACIÓN.

1-12.       No detenerse, la vida cristiana es crecimiento. Se remite a la instrucción que recibieron de él y a la que han respondido (4,1).

               Especifica sus instrucciones anteriores insistiendo en la moralidad, para salir al paso del desprecio judío por los paganos, que no tenían la Ley (2-5). Que viváis consagrados a él, lit. "vuestra consagración" (3), abstracto por concreto, cf. v.7; controlar su propio cuerpo (4), sentido más probable que "buscarse su propia mujer"; Pablo quiere evitar los escándalos en la comunidad; los paganos que no conocen a Dios (5), cf. Sal 79,6; Jr 10,25. La inmoralidad, que lleva a ofender y causar daño a otros y produce desunión en la comunidad (6), y la vida consagrada, la que se desarrolla en la esfera del Espíritu/amor, son incompatibles (cf. Gál 5,19-24) (7-8).

               Elogio del amor de los tesalonicenses, a que los impulsa el Espíritu (Dios mismo os enseña) y que irradia desde su comunidad (9). De nuevo los estimula a crecer, sin duda en el amor (10), e intenta corregir el comportamiento de algunos, debido probablemente a la expectación de la inminente venida del Señor (cf. 4,13-5,11): conservar la calma, no estar agitados por esta expectación; ocuparse de sus asuntos, no descuidar las exigencias de la vida práctica; trabajar, no renunciar a ganarse la vida; (11); tal conducta extravagante les haría perder crédito ante los paganos; por otra parte, los forzaría a estar pidiendo ayuda a los demás para poder subsistir.

martes, 10 de abril de 2012

DESEO DE VERLOS. ENVÍO Y VUELTA DE TIMOTEO. 2,17-3,13.

   17Por nuestra parte, hermanos, al poco tiempo de vernos privados de vosotros, lejos con la persona, no con el corazón, redoblamos los esfuerzos para ir a veros personalmente, tan ardiente era nuestro deseo; 18porque nos propusimos haceros una visita -y en particular, yo, Pablo, más de una vez-, pero Satanás nos cortó el paso. 19Al fin y al cabo, ¿quién sino vosotros será nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra honrosa corona ante vuestro Señor Jesús cuando venga? 20Sí, nuestra gloria y alegría sois vosotros.
3                   1Por eso, no pudiendo aguantar más, preferí quedarme solo en Atenas 2y mandé a Timoteo, hermano nuestro y compañero en el trabajo de Dios anunciando la buena noticia del Mesías, 3para que afianzase y alentase vuestra fe y ninguno titubease en las dificultades presentes, pues sabéis bien que ése es nuestro destino. 4Cuando estábamos con vosotros, os predecíamos ya que nos esperaban dificultades, y sabéis que así ocurrió. 5Por esa razón, yo no pude aguantar más y envié a uno que se informara de cómo andaba vuestra fe, temiendo que os hubiera tentado el tentador y que nuestras fatigas hubieran resultado inútiles.
                      6Ahora Timoteo acaba de llegar y nos ha dado buenas noticias de vuestra fe y amor mutuo, añadiendo que conserváis grato recuerdo de nosotros y que tenéis tantas ganas de vernos como nosotros de veros. 7Por todo esto, en medio de todos nuestros aprietos y dificultades, vosotros con vuestra fe nos animáis; 8ahora me siento vivir, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor. 9¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? Agradecerle tanta alegría como gozamos delante de nuestro Dios por causa vuestra, 10mientras le pedimos día y noche con toda el alma veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe.
                    11Que Dios mismo, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús dirijan nuestra ruta hacia vosotros, 12y que a vosotros os conceda el Señor un amor siempre creciente de unos a otros y a todos, como el nuestro por vosotros; 13que os afiance así interiormente, para que os presentéis con una santidad sin tacha ante Dios nuestro Padre cuando vuelva nuestro Señor Jesús con todos sus santos.

EXPLICACIÓN.

2,17-3,13.         Deseo frustrado de Pablo y sus compañeros de volver a Tesalónica; su estima de los tesalonicenses. Nueva mención de la venida del Señor (cf. 1,10) (17-20). Los datos sobre el viaje de Timoteo no coinciden con los de Hch 17,15; 18,5. Ansiedad de Pablo: sabe el apoyo que necesita la comunidad para afrontar segura las dificultades; temor de una posible vuelta atrás (3,1-5).

                        Alegría por las buenas noticias traídas por Timoteo. El buen estado y el cariño de la comunidad dan ánimos a Pablo (6-8). Da gracias a Dios por esa alegría (9) y le pide poder ir a Tesalónica para completar la instrucción interrumpida por su apresurada marcha (10).

                        Pablo pide a Dios que se realice el viaje y que los tesalonicenses crezcan en amor entre ellos y con los demás (11-12); éste da solidez a la vida cristiana, efectúa la consagración y purifica a los que lo practican (cf. Ef 1,4). Nueva mención de la venida del Señor (cf. 1,10; 2,19; Zac 14,5) (13).                    

ACTUACIÓN DE PABLO Y RESPUESTA DE LOS TESALONICENSES. 2,1-16.

2                 1Sabéis muy bien, hermanos, que la acogida que nos hicisteis no resultó inútil; 2a pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis, nos atrevimos, apoyados en nuestro Dios, a exponeros la buena noticia de Dios en medio de fuerte oposición. 3Es que nuestra exhortación no nace de error ni de motivos sucios ni de doblez, 4no, como Dios nos aprobó para confiarnos la buena noticia, hablamos como corresponde, no para contentar a hombres, sino a Dios, que examina nuestro interior.
                     5Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras aduladoras ni codicia disimulada -bien lo sabe Dios-; 6no buscamos honores humanos, ni vuestros ni de otros. 7Aunque por ser apóstoles del Mesías podríamos reclamar autoridad, os tratamos con delicadeza, como una madre que cría con mimo a sus hijos; 8por el cariño que os teníamos, os habríamos entregado con gusto no sólo la buena noticia de Dios, sino nuestra propia vida; tanto llegamos a quereros. 9Recordad si no, hermanos, nuestros sudores y fatigas; trabajando día y noche para no ser una carga para nadie, proclamamos entre vosotros la buena noticia de Dios.
                   10Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo impecable, honrado y sin tacha que fue nuestro proceder con vosotros los creyentes, 11sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, 12exhortando, con tono suave o enérgico, a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su Reino y gloria.
                   13Ésa es precisamente la razón por la que damos gracias a Dios sin cesar; que al oírnos predicar el mensaje de Dios, no lo acogisteis como palabra humana, sino como lo que es realmente, como palabra de Dios, que despliega su energía en vosotros los creyentes; 14de hecho, vosotros, hermanos, resultasteis imitadores de las comunidades cristianas de Judea, pues vuestros propios compatriotas os han hecho sufrir exactamente como a ellos los judíos, 15esos que mataron al Señor Jesús y a los Profetas, y nos persiguieron a nosotros; esos que no agradan a Dios y son enemigos de los hombres; 16esos que estorban que hablemos a los paganos para que se salven, colmando en todo tiempo la medida de sus pecados; pero el castigo los ha alcanzado de lleno.

EXPLICACIÓN.

1-16.        Conducta de Pablo en Tesalónica. Sobre la estancia de Pablo y Silvano/Silas en Filipos, los azotes y la prisión, cf. Hch 16,11-40; fundación de la comunidad en Tesalónica, Hch 17,1-9. Valentía (2); no hubo motivos bajos (3); la autenticidad de su mensaje se debía a su fidelidad a Dios (1-4).

                No trataron de acomodarse al gusto de la gente (palabras aduladoras) ni pretendieron dinero ni fama (5-6). Conducta cariñosa; amor a los tesalonicenses (7-8). No vivieron a costa de la comunidad (cf. 2 Cor 11,5-15) (9).

                Apela al recuerdo de los tesalonicenses. Honradez de los misioneros (10); su interés por cada uno en particular; educación en el modo de vivir cristiano, para responder a Dios, que los ha llamado a constituir una sociedad nueva (su Reino, cf. Col 1,13) donde él manifiesta su presencia (su gloria) (11-12).


                Continúa la acción de gracias (cf. 1,2). La prueba de la autenticidad de su predicación fue que los tesalonicenses no la acogieron como palabra humana (alude quizá a los filósofos, predicadores o charlatanes ambulantes, numerosos en la época), sino como palabra de Dios, al tener la experiencia de la fuerza del mensaje (13). La persecución en Tesalónica por parte de los paganos (en Hch 17,5-9 son los judíos quienes organizan el tumulto, precisamente por la respuesta favorable de los paganos), se pone en paralelo con la de las comunidades de Judea por parte de los judíos (cf. Hch 8,1) (14). La hostilidad de los judíos contra las comunidades cristianas continúa la que siempre han mostrado contra los enviados de Dios (15). Esta invectiva contra los judíos es tan violenta (no agradan a Dios y son enemigos de los hombres, etc.), que es impropia del estilo de Pablo (cf. Rom 9-11). La frase inicial (16): el castigo los ha alcanzado de lleno, difícilmente puede referirse a otro acontecimiento histórico que a la destrucción de Jerusalén el año 70; en tal caso habría que excluir la autenticidad de la carta.

lunes, 9 de abril de 2012

I. GRACIAS A DIOS POR LO PASADO. 1,2-10.

  2Continuamente damos gracias a Dios por todos vosotros al encomendaros en nuestras oraciones, 3recordando sin cesar ante Dios nuestro Padre la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el tesón de vuestra esperanza en nuestro Señor, Jesús Mesías. 4Sabemos, hermanos amados por Dios, que él os ha elegido, 5porque la buena noticia que anunciamos no se quedó para vosotros en palabras, resultó además una fuerza exuberante del Espíritu Santo; tal fue nuestra actuación entre vosotros, como sabéis, para vuestro bien.
               6Por vuestra parte seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor: a pesar de tantas dificultades, acogisteis el mensaje con la alegría del Espíritu Santo, 7convirtiéndoos en modelo para todos los creyentes de Macedonia y Grecia. 8Porque desde vuestra comunidad ha resonado el mensaje del Señor, y no solamente en Macedonia y Grecia; en todas partes vuestra fe en Dios ha corrido de boca en boca, de modo que nosotros no necesitamos hablar para nada; 9ellos mismos, hablando de nosotros, cuentan qué acogida nos hicisteis, cómo abandonando los ídolos os convertisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero 10y aguardar la vuelta desde el cielo de su Hijo, al que resucitó de la muerte, de Jesús, el que nos libra del castigo que viene.

EXPLICACIÓN.

2-10.        Exordio: Acción de gracias por el buen estado de la comunidad de Tesalónica. La mención de ella en sus oraciones aviva el recuerdo de su comportamiento cristiano: fe/adhesión a Jesús traducida en acción, amor que no se escatima, esperanza que no desfallece, todo centrado en Jesús, Mesías/Salvador (2-3).

                El amor de Dios, que ofrece la salvación a todos, se hace eficaz (os ha elegido) cuando el hombre responde a esa invitación (no se quedó en palabras) y recibe el Espíritu; eficacia del evangelio (4-5).

                La respuesta de los tesalonicenses se ha concretado en seguir la línea de Pablo y la de Jesús. No se han acobardado por la hostilidad de otros al evangelio, sino que le han dado una plena adhesión (6). Su fama ha trascendido y es notoria. Macedonia, la provincia romana del norte, con capital en Tesalónica; Grecia, lit. "Acaya", la provincia romana del sur, con capital en Corinto (7-8). Todos comentan la conversión de ese numeroso grupo (Hch 17,1-4) y su decidida renuncia al paganismo (9). La certeza de la vida futura se formula como expectación de la venida del Hijo de Dios, que ha vencido a la muerte (al que resucitó, etc.); éste es Jesús, el hombre cuya historia conocen y al que se esfuerzan por imitar es una formulación que expresa el aborrecimiento de Dios por el mal y la injusticia y que atribuye a su acción lo que es consecuencia inevitable de la obstinación del hombre en el pecado, la muerte definitiva (Rom 1,18; 5,17; 6,23) (10).              

1,1.

              1Pablo, Silvano y Timoteo, a los que en Tesalónica forman la Iglesia de Dios Padre y del Señor Jesús Mesías: Os deseamos gracia y paz.

EXPLICACIÓN.

1.               Remitentes y destinatarios; redacción muy concisa, omitiendo todo título. Sólo las dos cartas a los tesalonicenses mencionan tres autores. Silvano o Silas estuvo con Pablo en Tesalónica y colaboró con él en la fundación de la comunidad (Hch 17,4). Timoteo, cf. 3,1. Saludo inicial: gracia y paz, sin explicitar su origen (cf. Rom 1,7; 1 Cor 1,3; 2 Cor 1,2; Ef 1,2; Flp 1,2; Col 1,2).

DIVISIÓN.

           1 Tes no es un escrito sistemático, sino una verdadera carta.
           Pueden, sin embargo, distinguirse en ella dos partes principales:

         Dirección y saludos (1,1).
       I. Gracias a Dios por lo pasado (1,2-3,13).
      II. Instrucciones y aclaraciones (4,1-5,22).
        Despedida (5,23-28).

CONTENIDO.

                    Además de las noticias animadoras que traía, Timoteo informó a Pablo, de palabra o con una carta de los tesalonicenses, de ciertas aclaraciones que aquéllos deseaban, además de señalarle, sin duda, algunas deficiencias en la vida de aquella comunidad (3,10). Entre éstas debía de estar alguna libertad de costumbres (4,2-8) y probablemente cierta excitación por la creencia de la vuelta inminente del Señor (4,11-12; 5,14), con alguna impaciencia frente a los que tomaban la dirección en aquellas circunstancias difíciles (5,12-13) (no parece que Pablo hubiese establecido cargos directivos en la comunidad) y poco caso de los que, inspirados por el Espíritu (profetas), señalaban líneas de acción o corregían defectos (5,19-22).

                 Las aclaraciones que pedían los tesalonicenses se referían en particular a la suerte de los difuntos (quizá algunos habían muerto después de hacerse cristianos), temiendo que se viesen privados de participar en la venida de Cristo (4,13-18). Otra duda concernía el momento de esa venida (5,1-11); Pablo confiesa su ignorancia (5,2), afirmando que el día del Señor llegará inesperadamente, cuando menos se piense (5,3). Consecuencia de ello es la vigilancia continua, sin preocupaciones (5,4-11).

                 Es notable el retrato de Pablo que emerge de la carta. Insiste en la calidad de su trato y en su honradez personal, sin duda por las acusaciones que los judíos de Tesalónica levantaban contra él después de su precipitada marcha (no se olvide que muchos de los cristianos eran antiguos prosélitos judíos). Lo acusaban probablemente de insinceridad (2,3-4), de miras interesadas (2,5-6), de aprovecharse de la comunidad (2,7-9). Pablo les recuerda la impresión que tuvieron de él (2,10-12) y el trato personal que les dedicó (2,10-12).

                La carta suele considerarse auténtica y estar escrita en Corinto hacia el año 50/51. No faltan, sin embargo, argumentos para dudar de su autenticidad. En primer lugar, la feroz invectiva contra los judíos, impropia de Pablo (2,14-16) y, en particular, la afirmación de que "el castigo/la ira los ha alcanzado de lleno" (2,16), que difícilmente podría aplicarse a ningún acontecimiento anterior a la destrucción de Jerusalén y del templo (año 70). La enorme insistencia en "la venida del Señor" (1,10; 2,19; 3,13; 4,13-5,11; 5,23) y la ausencia de todo otro desarrollo teológico, a diferencia de las cartas ciertamente auténticas de Pablo, puede resultar artificial; parecería que esa venida hubiese sido el único tema tratado por Pablo y sus compañeros en la catequesis de los tesalonicenses y el único que suscitaba dudas, además de conductas extravagantes (4,11s; 5,14). El que Pablo espere estar vivo en el momento de la venida (4,15-17) puede ser un toque del autor, inspirado en 1 Cor 15,51s, precisamente para simular la autenticidad.              

INTRODUCCIÓN. OCASIÓN DE LA CARTA.

                   Tesalónica (hoy Salónica) era la capital de la provincia romana de Macedonia, situada en la Vía Egnacia, que, yendo de  Durazzo a Bizancio, unía a Roma con el Oriente. En tiempo de Pablo existía allí una colonia judía importante, con sinagoga propia (Hch 17,1) a la que asistían muchos prosélitos paganos, entre ellos un grupo femenino influyente (Hch 17,4).

                      Pablo llega a Tesalónica (año 49-50) en compañía de Silvano (Silas en Hch) y Timoteo (1,1), procedente de Filipos, donde él y Silas habían estado en la cárcel (Hch 16,11-17,1; 1 Tes 2,2). Los tesalonicenses, probablemente paganos simpatizantes del judaísmo, le dispensaron una magnífica acogida (1,6-7). La estancia de Pablo en Tesalónica debió de ser bastante larga, dada la intimidad que muestra con los tesalonicenses (2,7-12) y los frutos de su visita (1,7-8).

                     Sin embargo, parte de la colonia judía, celosa del éxito de Pablo entre los prosélitos paganos, organizó un tumulto en la ciudad (Hch 17,5-9; 1 Tes 2,14-16). Pablo pudo escapar a  Berea (Hch 17,10), de donde, tras nuevas contradicciones, marchó a Atenas, encargando que se reunieran con él Silas y Timoteo (Hch 17,15). Es probable que se quedase Silas en Berea, pues sólo Timoteo acompañó a Pablo en Atenas (3,1-2). De todos modos, Pablo, muy inquieto por no saber en qué había parado la persecución de los judíos en Tesalónica, manda a Timoteo para tener noticias (3,5).

                    Pablo había dejado Atenas y estaba ya en Corinto cuando Timoteo y Silas vuelven de Macedonia (Hch 18,5). La vuelta de Timoteo tranquiliza a Pablo, y la carta, escrita inmediatamente después, expresa su satisfacción (3,7-9).                   

sábado, 7 de abril de 2012

SIGNIFICADO DE PABLO.

El "Corpus Paulinum" comprende catorce escritos, de los que siete se consideran auténticos de Pablo: Rom, 1 y 2 Cor, Gál, Flp, 1 Tes, Flm; la autenticidad de los otros se discute (cf. las respectivas introducciones).

No hay que buscar en los escritos paulinos una exposición sistemática ni un compendio del mensaje de Jesús. Son escritos ocasionales que tratan de cuestiones particulares o explican ciertos puntos controvertidos. Gál y Rom, por ejemplo, se centran en la cuestión de la Ley, caducada con el Mesías; 1 Cor trata de problemas de la comunidad; Col refuta las doctrinas que amenazaban a aquella iglesia; Flp, por su parte, comunica noticias y expresa agradecimiento.

No falta, sin embargo, en ninguna carta la aplicación del evangelio a aspectos de la vida concreta, según los problemas que presentaba su difusión en los diversos ambientes.

La doctrina de Pablo, que no es invento humano (Gál 1,11), supone la vida y enseñanza de Jesús, pero se centra en su obra redentora, cruz y resurrección, y en el Señor presente en la comunidad. Su importancia reside, sobre todo, en la transposición del mensaje evangélico a nuevas categorías culturales, judías y helenísticas. La diversidad y riqueza de datos y formulaciones que contienen las cartas son imposibles de resumir. Sölo puede decirse que su encuentro con Jesús Mesías marcó a Pablo de por vida y que la revelación recibida sobre la abolición del antiguo camino de la Ley lo hizo el doctor de la gratuidad de la salvación y de la libertad cristiana.

Lc expone en los Hechos la evolución de Pablo desde su conversión hasta Roma.

VIDA DE PABLO.

Saulo o Saúl, conocido más tarde por Pablo, era natural de Tarso, ciudad de Cilicia en la costa sur de Asia menor (Hch 22,3). Joven aún (entre 25 y 40 años) cuando la muerte de Esteban (año 33 o 36, Hch 7,58), "viejo" en Flm 9, muerte hacia el 67, debió nacer en los primeros años del siglo.

Su familia era hebrea (Flp 3,5), de la tribu de Benjamín (Rom 11,1). Tenía una hermana y un sobrino (Hch 23,16). Por ser nacido en Tarso, ciudad libre, era ciudadano romano (Hch 22,25-29; 16-37; 23,27), conocía bien el griego y su uso del método de la diatriba indica que tuvo alguna formación helenística (cf. Introd. a Rom,3).

Era fariseo (Hch 23,6; 26,5; Gál 1,14; Flp 3,6), en Jerusalén fue alumno de Gamaliel, rabino famoso (Hch 22,3; cf. 5,34) y hablaba arameo (Hch 21,40; 26,14). Dada la misión que se le confió contra los cristianos de Damasco, debía ser hombre importante; ciertamente tenía delante de sí una brillante carrera.

En el camino de Damasco tuvo un encuentro con Jesús resucitado, que cambió su vida; de perseguidor se convierte en apóstol, su campo de misión serán los paganos (Gál 1,13-17; Hch 9,3-19; 22,6-16; 26,12-18).

Bautizado en Damasco (Hch 9,1), se marcha a Arabia (Gál, 1,17, probablemente el reino de Aretas IV en Transjordania), sin duda para su primera misión. Al volver de Arabia pasa tres años en Damasco (Gál 1,18; Hch 9,23) predicando en las sinagogas. Lo persiguen los judíos, apoyados por el gobernador de Aretas (2 Cor 11,32) y huye a Jerusalén, donde visita a Pedro (Gál 1,18; Hch 9,26) hacia el año 40; Bernabé disipa las sospechas contra él (Hch 9,27). Una visión del Señor en el templo lo confirma en su misión (Hch 22,17) y una conjura de judíos helenistas lo obliga a volver a Tarso (Hch 9,29-30; Gál 1,21; años 40-44). Bernabé va a buscarlo y se lo lleva a Antioquía, donde pasa un año (Hch 11,25-26).

Con una delegación de Antioquía sube a Jerusalén para llevar un subsidio (Hch 11,28-30; 12,25), aunque es posible que esta visita sea la misma que la de la asamblea, separada literariamente por Lucas (cf. Gál 2,1). Pablo, junto con Bernabé, es designado por el Espíritu para lanzar la misión de la comunidad de Antioquía (Hch 13,3). En la primera fase (años 46-49); los acompaña Juan Marcos, primo de Bernabé (Col 3,10). Zarpan de Seleucia puerto de Antioquía, y van a Chipre; en Pafos se convierte el procónsul Sergio y Saulo cambia su nombre po Pablo (Hch 13,7-12). Navegan hasta Perge de Panfilia y Juan Marcos los abandona para volverse a Jerusalén (Hch 13,13). Los dos misioneros recorren las ciudades del sur de Galacia (Hch 13,14-14,26). Ante la resistencia de los judíos, Pablo se dedica a los paganos (Hch 13,46-48).

El éxito de la misión suscitaba un problema: ¿había que obligar a los paganos a circuncidarse y observar la Ley de Moisés? Algunos del partido intransigente así lo sostenían (Hch 15,1), y se decide ir a Jerusalén (Pablo, Bernabé, Tito, cf. Gál 2,1.3) a plantear la cuestión de los Apóstoles (Hch 15,2). Triunfó la posición de Pablo (Gál 2,6), sostenida también por Pedro: la Ley no es necesria (Hch 15,7-11).

No obstante esto, Pablo tiene un incidente con Pedro en Antioquía (Gál 2,11-14), que no señaló tampoco el fin de las controversias sobre la Ley.

En la segunda fase de la misión, Pablo se separa de Bernabé por causa de Juan Marcos y toma por compañero a Silas (=Silvano: Hch 15,36-41). Visitadas las iglesias anteriormente fundadas en Asia Menor (en Listra se le asocia Timoteo, Hch 16,1-3; cf. Introd. a Cartas Pastorales, 1), llega hasta la costa frente a Europa, adonde una visión lo invita a pasar (Hch 16,6-10). Funda en Filipo su primera comunidad europea (cf. Introduc. Flp 1), pero encarcelado por un incidente sin importancia, tiene que marcharse a Tesalónica y, de allí, por la oposición de los judíos a Barea y Atenas (Hch 17,10.15; cf. Intro. a 1 Tes 1), donde fracasó en su intento de acercarse a los intelectuales (Hch 17,22-32).

Bajó a Corinto (cf. Introduc. a 1 Cor 1) y, pasado año y medio, partió para Éfeso con Áquila y Priscila; dejándolos allí, volvió a Antioquía (18,22) a fines del 52.

En la primavera del 54 empieza la tercera fase de la misión, cuyo centro de operaciones fue Éfeso (Hch 18,23-21,17), donde permaneció dos años y medio (54-57; Hch 18,10; 20,31). Desde allí escribe la carta a los Gálatas durante alguna prisión que sufriera. En la primavera del 57 le llegan noticias de Corinto y empieza el conflicto con aquella iglesia, a la que dirige varias cartas y hace al menos una visita (cf. Introd. a 1 y 2 Cor).

Mientras Tito (cf. Introd. a Pastorales 1) estaba en Corinto sucedió el motín de los plateros de Éfeso (Hch 19,23-20,1). Pablo a Macedonia, encuentra a Tito y se entera de la reconciliación de los corintios (2 Cor 2,12-13; 7,5-16). Llegado a Corinto a fines del 57, se detiene tres meses (Hch 20,2-3); escribe la carta a los Romanos, donde expone su plan de visitar Roma e ir a España (Rom 15,22-24; cf. Introd. a Rom 1).

Por encargo de los de Jerusalén había organizado una colecta en beneficio de los pobres de aquella comunidad; las comuidades de Galacia, Macedonia y Grecia (Acaya) contribuyeron a la misma (Rom 15,25-26; 1 Cor 16,1; 2 Cor 8-9). Para evitar una asechanza, toma el camino por tierra hasta Filipos (Pascua del 58), pasa a Asia Menor y se embarca para Jerusalén con varios compañeros. En Mileto se encuentra con los responsables de la Iglesia de Éfeso, convocados allí (Hch 20,16; 21-17); quería llegar a Jerusalén para Pentecostés (Hch 20,16).

Visita a Santiago y a los responsables, hace un voto por consejo suyo, pero se arma un motín en el templo contra él y lo meten en la cárcel , donde pasa dos años bajo el gobernador Félix, que residía en Cesarea (años 58-60; Hch 23,23-33). Con el nuevo procurador, Festo, Pablo, cansado de las insidias de los judíos, apela al tribunal del Emperador (Hch 25,11). Embarca con otros presos y, después de una accidentada navegación y un naufragio en Malta (Hch 28,1), llega a Roma en la primavera del 61 (Hch 28,15) y pasa dos años de arresto domiciliario, pudiendo recibir visitas libremente (ibíd., 17-28). Posiblemente entonces escribe las cartas a Filemón y Filipenses y quizá a Colosenses (cf.Introd a Col).

Si se consideran auténticas las Pastorales, Pablo volvió a Oriente, Clemente de Roma afirma que estuvo en España (cf. Introd. a Pastorales 2,4). Su muerte tuvo lugar, según Eusebio, hacia el año 67 en la persecución de Nerón.